Un comando armado irrumpió en un salón de fiestas de Salamanca, Guanajuato, donde se celebraba una boda, abriendo fuego contra los asistentes.

El ataque dejó tres personas muertas y al menos 15 heridas, dos de ellas de gravedad.

Los sicarios se dieron a la fuga en camionetas después de sembrar el caos.

En la escena del crimen, agentes de la policía municipal y soldados de la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional encontraron más de 50 casquillos percutidos de grueso calibre.

La fiscalía estatal ha abierto una investigación.